Skip to content

Xeración 1: A madurez

Nas publicacións das semanas pasadas, facía unha breve introdución ao tema: as relacións familiares. Comezo esta semana coa segunda fase, a documentación. Despois de contactar co profesor titular de Socioloxía na Universidade de Vigo, Xesús A. Lage, obtiven valiosas fontes de información tales como a Revista de Estudios de Juventud. Concretamente boteille un ollo ao número 90 que se adica á Xuventude e familia dende unha pespectiva comparada europea. O tema sempre é a familia, mais aparecen subtemas como o paso á idade adulta, a emancipación dos fillos ou o descenso do número de matrimonios católicos. A contribución feita por Carmen Leccardi no seu traballo La juventud, el cambio social y la familia: de una cultura “de protección” a una cultura “de negociación” é digna de mención. Por iso eu invítovos a vós a reflexionar acerca do seguinte. Existe realmente unha idade na que te convirtes nun adulto? Como ben intuía Leccardi, esta idade foi mudando ao longo das distintas xeracións. Remontémonos 50 anos atrás…

Familia unida                                          Foto: http://www.pueblos-espana.org

Fai medio século, un home adulto era aquel que conseguía atopar traballo para logo manter á súa muller e formar así unha familia. Todo isto dáballe a potestade de autoproclamarse xefe do fogar e ter autoridade sobre a muller e os fillos/as. Por outra banda, a muller alcanzaba a madurez unha vez que vivía a maternidade. O seu rol consistía en cubrir as tarefas do fogar, manter o benestar do seu marido e propiciar educación aos fillos.
Como podedes ver as cousas mudaron e moito. Hoxe en día considérase adulta, unha persoa que conte con 18 anos de idade. Á súa vez, existen moitas parellas que viven xuntas, forman unha familia e deciden non contraer matrimonio. Con estas premisas comezaremos as nosas entrevistas a finais desta semana. Para adiantarvos algo, infórmovos de que algúns dos entrevistados tiveron que emigrar a países coma Holanda ou Suíza. Suporá unha diferencia con respecto aos entrevistados que viviron sempre en España? E para os seus fillos?

                                                                                                                                                                                              Seijo Vigo, Laura 143. D02

Volver a Vietnam

Vietnam es un país prácticamente desconocido para la mayoría de que gente de mi edad, reconozcámoslo. A pesar de hacer sólo cuarenta años de la retirada de las tropas estadounidenses de Indochina, poco se nos ha hablado de esto en el colegio, comentándolo como una “anécdota más” de la Guerra Fría.

Puedo afirmar sin duda que he aprendido más en el ciclo de este mes del Cineclube que en las escuetas clases sobre el tema en el instituto. Durante estas cuatro semanas hemos proyectado (y digo hemos porque en todo momento esta asociación ha insistido en que somos tan Cineclube como ellos), cuatro piezas audiovisuales: una película y tres documentales con los que he podido darme cuenta de lo absurdos que eran los argumentos de los estadounidenses. Frases del estilo “como todos se parecen mucho, tenemos que matarlos por si son comunistas” en entrevistas o imágenes de cómo destruían todas las posesiones de una familia o los efectos del napalm sobre el cuerpo de un crío de apenas cinco años ponen, cuando menos, los pelos de punta. Con esto no quiero decir que en esta guerra hubo un bando completamente malo y otro completamente bueno, pero las imágenes hablan por sí mismas e incluso en entrevistas a población americana se entrevé como asocian palabras como comunismo con enfermedad y justifican los destrozos que allí estaban causando.

En mi opinión  una guerra tan mediatizada  está muy expuesta a la ridiculización (porque llega a dar risa lo que dicen) con la perspectiva del tiempo. A mayores cabe destacar el valor periodístico de la totalidad de las imágenes que allí aparecen. Algunas han pasado a la historia como el monje en llamas, el grupo de niños desnudos en busca de comida y asistencia o la pistola que apunta a la cabeza de un vietnamita segundos antes de disparar. Desgraciadamente, historia demasiado reciente.

Eva Quintás Rocha, T6A, S3E

Amor por el cine más allá de la taquilla

«Me gusta el cine». ¿Cuántas veces habremos dicho eso a lo largo de nuestra vida? Pero muchos de nosotros, no nos engañemos, no pasamos del último taquillazo de Spielberg o de la factoría Disney. Sin embargo no estaría de más saber que hay mucho más, sorprendentes trabajos con menos medios económicos o que el tiempo los ha relegado al olvido de gran parte de los espectadores. Aún así siguen existiendo amantes del cine, verdaderos cinéfilos y dentro de ese grupo hay un sector aún más involucrado, que dedica parte de su tiempo y sus esfuerzos a hacer que el resto lo conozca y aprecie. Aquí encuadramos al Cineclube. Puede que muchos desconozcan a esta asociación, pero lleva funcionando en Santiago desde hace más de diez años. En su blog (http://cineclubedecompostela.blogaliza.org/ , la única forma de estar en contacto con ellos –hasta ahora, que nosotras abriremos un Facebook y un Twitter-) encontrareis una breve descripción de cada película que han proyectado, así como los textos que entregan en cada sesión y mucha más información interesante.

Mi opinión acerca de esta asociación no podía ser mejor por ahora. Es una experiencia para aquellos que tengan interés en el tema y una forma de compaginar el trabajo con el tiempo de ocio. El buen ambiente que han sabido crear, en el que rápidamente nos hemos sentido acogidas ha hecho que vea esta participación más como un hobby que como un proyecto de clase. Y estoy segura de que aprenderé mucho sobre cine, especialmente a no quedarme en los “blockbusters”.

                                                                                                                                                      QUINTÁS ROCHA, EVA , S3E, T6A

 

De saber usar internet

  Mi post está relacionado con el de Fede. Afirmaba que las tecnologías pueden suponer una barrera cuando nos aíslan de todo lo demás. Hace cuarenta años la preocupación de los padres era que sus hijos pasaran horas frente al televisor. ¿La nueva preocupación? Internet y los teléfonos móviles, que nos absorban las pantallas  y nos comuniquemos tan sólo a través de facebook o whatsupp.

  La preocupación por el desarrollo de una adicción puede ser comprensible. Se han dado numerosos casos de jóvenes (y no tan jóvenes) cuyas horas frente al ordenador rozan lo enfermizo. Pero nuestro sistema educativo, por ejemplo, no ayuda a ello.

 Sin querer ofender al profesor Marcelo. Muchos son los profesores que han optado por la creación de un blog para llevar a cabo actividades dentro de la materia. Que suben apuntes a internet. El viejo sistema de libros o fotocopias ha quedado obsoleto. ¿Pero incentiva o no incentiva esto a estar más tiempo en el ordenador? Si queremos llevar nuestro trabajo al día debemos estar conectados, para poder seguir las publicaciones y comentarios de nuestros compañeros. No sólo en el blog de Comunicación Interpersonal, sino también en los antiguos de Publicidad o Documentación Informativa.Image

  Ya que queremos fomentar la comunicación, ¿no sería más fácil quedar para tomar un café y debatir ideas en voz alta? ¿O no es la comunicación mediante el habla la primera en aparecer y la más extendida? Entiendo que internet es una herramienta, y yo misma paso bastante tiempo (más del que me gustaría) enfrente a un ordenador. La cantidad de información y de personas con las que ponernos en contacto es enorme. Pero tal vez deberíamos aprender a moderar su uso o dejar de quejarnos tanto.

Pérez Vázquez T6A S3F

De Babel al extranjero

Dentro de las barreras comunicativas que se pueden aparecer a la hora de vivir en un país extranjero no podemos olvidarnos de la más importante: la que supone un idioma que no es el materno.Imagen

Hoy en día la práctica más extendida es el aprendizaje de inglés, como medio para poder viajar a un mayor número de países. Podemos adquirir otros idiomas complementarios, pero en general entre el español y el inglés nos las apañamos. En general y a pesar de lo poco que nos ayuda un sistema educativo bastante deficiente. Afrontémoslo,  la mayor parte de nosotros aprendemos más viajando y pasando un tiempo fuera de casa (o yendo a costosas academias) que en las aulas de primaria y secundaria.

Aparte de la barrera que puede suponer (dejando de lado tu mayor o menor timidez) debemos tener en cuenta que es complicado, sobre todo cuando es la primera vez, llegar a una ciudad desconocida,  con un idioma muchas veces desconocido y universitarios que llevan dos años estudiando juntos. Aunque emplees el inglés como lengua vehicular, muchas veces las becas que nos ofrecen para estudiar fuera son para países de habla oficial no inglesa. No es de extrañar que los estudiantes con becas Erasmus acaben relacionándose con otros Erasmus. La morriña, la mayor facilidad para comunicarse y, en ocasiones, la dificultad para integrarse impulsan a ello. Lo cierto es que en numerosas ocasiones la beca se escoge como un año más de diversión que de aprendizaje.

Se trata de un reto, pero parece que al final impera la comodidad. Son muchos los estudiantes que cuentan cómo en el país de destino acaban relacionándose mucho más con estudiantes del mismo país que con estudiantes extranjeros. Pero sigue siendo una pena que una de las mejores experiencias que puede brindarnos el sistema universitario, y uno de los puntos fuertes en el caso del español, vaya menguando lentamente. Ojalá no desaparezca.

Pérez Vázquez T6A S3F